La interpretación conforme es un principio jurídico que exige que las leyes nacionales se interpreten de una manera que sea coherente con las obligaciones internacionales del país, especialmente en materia de derechos humanos.
Este enfoque busca armonizar las normativas internas con los tratados y acuerdos internacionales, sin necesidad de modificar la legislación existente. Es fundamental en el derecho constitucional y en la aplicación de los derechos fundamentales, asegurando la protección efectiva de los mismos bajo estándares internacionales.
Este principio no solo ayuda a mantener la coherencia entre el derecho interno y las obligaciones internacionales, sino que también juega un papel crucial en los tribunales nacionales al interpretar leyes ambiguas o incompletas.
La interpretación conforme se utiliza comúnmente en casos relacionados con la Convención Europea de Derechos Humanos y en la interpretación de la legislación de la Unión Europea. Además, este enfoque promueve la uniformidad en la aplicación del derecho, evitando interpretaciones divergentes o conflictivas entre el derecho nacional y los tratados internacionales.