El delito de omisión se refiere a la responsabilidad penal que surge cuando una persona no realiza una acción requerida por la ley en una situación específica, resultando en daño o perjuicio.
Esta figura jurídica es crucial en el derecho penal, ya que establece que el no actuar puede ser tan relevante como la acción misma en ciertas circunstancias.
Ejemplos típicos incluyen la omisión de socorro o la no denuncia de un delito conocido. Para que se configure un delito de omisión, debe existir un deber legal claro de actuar y una relación causal entre la omisión y el resultado dañoso.
El concepto de delito de omisión es especialmente relevante en profesiones con deberes de cuidado inherentes, como en la medicina, donde la omisión de asistencia puede llevar a responsabilidades penales.
Además, en algunas jurisdicciones, este delito puede extenderse a situaciones donde individuos con cierta autoridad o responsabilidad (como padres o guardianes) no actúan para prevenir daños. En la jurisprudencia, la diferenciación entre la omisión y la comisión puede ser compleja, especialmente en situaciones donde la línea entre actuar y no actuar es difusa.