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El rol de las mujeres en la negociación colectiva

14/11/2022
Índice

Sección Iuris Fácil Internacional: Argentina

Desde Buenos Aires, Argentina, la Dra. Gladys Iemma nos presenta esta publicación, que tiene por objeto reflexionar sobre la participación y el rol asignado a la mujer y otros géneros en el mundo del trabajo, y especialmente analizar el papel que desempeñan dentro de las organizaciones sindicales.

Debemos entender que abordar esta temática resulta tan importante como urgente para alcanzar una sociedad más igualitaria.

La exclusión histórica de la mujer en el mundo del trabajo

Basta remontarse a la historia para advertir la exclusión de la mujer dentro de las estructuras de los sindicatos, siendo estas quienes acompañaban desde la sombra a sus pares masculinos, los que ocupaban un rol preponderante y dejaban a un costado de manera puramente servil su desempeño, siendo ellas, quienes preparaban silenciosamente el escenario de la actuación.

La violencia de género ha estado presente desde siempre, aun hoy frente a los grandes avances se continúa marginando a un colectivo social conformado por mujeres y otros géneros, asignándoles un “cupo”, como si ello, fuera suficiente para justificar su premeditada ausencia.

El concepto de “violencia”

Sin avanzar en demasía en el concepto de “violencia”, podríamos decir que es la conducta que de manera consciente lleva al desplazamiento y anulación del otro sujeto en sus múltiples aspectos, pudiendo esta adquirir diversas formas, física, moral, intelectual, doméstica, familiar, económica, etc., en definitiva siempre se realiza en dos campos, físico o emocional, y en cualesquiera de sus formas.

¿Ahora bien, quien protege a la mujer y otros géneros, contra la violencia en el espacio de trabajo?

Sin duda, en aquellos lugares donde está presente la organización gremial, hay mayores posibilidades de llevar adelante políticas que permiten morigerar estas conductas; pero previo a ello, debemos abordar la violencia de género dentro de las mismas estructuras que deben combatirlas, no es tarea fácil, por ello es necesario el compromiso de quienes formamos parte de esta posible transformación.

Por eso, urge comprender que la negociación colectiva es la herramienta fundamental para alcanzar la participación activa y efectiva de las personas, sin discriminación de sexo, edad, religión o condición social.

Para responder entonces, por qué razón encontramos tantos obstáculos a la hora de contar con la presencia de mujeres y otras diversidades en la mesa de negociación, es necesario identificar los principales impedimentos.

Obstáculos a la hora de contar con la presencia de mujeres y otras diversidades en la mesa de negociación

La experiencia y el día a día haciendo negociación colectiva, ha demostrado que como factores predominantes se puede mencionar:

  • Baja participación de grupos de género en todos los sectores de la economía, y mayor concentración en la franja de la informalidad.
  • El mito social-colectivo de que la mujer debe dedicarse a las tareas de cuidado, que siempre lo hará mejor que los hombres, asignándole una carga emocional extra y generando un vacío a la hora de poder concretar la equidad de género y la igualdad de oportunidades.

En este sentido, es urgente deconstruir la idea de que el género está asociado a la condición biológica para justificar la división sexual del trabajo y su consecuente discriminación.

  • Concebir al gremio como un ambiente masculino, sosteniendo ideas que resultaban de utilidad social hace más de un siglo.
  • Insuficiente participación en cargos electivos, que permitan tomar decisiones a la hora de formar parte de la mesa de negociación.

Se observa que aun en aquellas actividades donde existe una gran cantidad de mujeres, no se cuenta con verdadera representatividad gremial.

Esto determina un estilo de negociación concentrado, en la creencia de falta de capacidad de las mismas y otras diversidades, para llevar adelante un liderazgo activo que permita resolver cuestiones relacionadas con la política económica y social y, por lo tanto, validar su rol en la sociedad.

Cuando se manifiesta interés, pero este realmente no se traslada a la mesa de negociación, es muy difícil poder resolver la discriminación y alcanzar la igualdad de género, formándose así, un círculo vicioso donde la falta de representatividad impide abordar problemas específicos que viven las trabajadoras y otros colectivos identitarios.

Esto nos lleva a pensar que el marco normativo establecido por la Ley N° 25.674 de “Cupo femenino sindical”, si bien pretendió reparar las desigualdades, acortando las diferencias, no fue suficiente para modificar una creencia arraigada en la sociedad de que las mujeres no pueden hacerse cargo de la dirigencia sindical.

Se deja en claro la implícita convicción de que la mujer es reproductiva y no productiva, asociando, desde una perspectiva fálica, el poder al sexo y no a las capacidades del individuo, cualquiera sea su condición de género.

¿Cuál sería el camino, entonces, para derribar la estructura arcaica y patriarcal que nos impide avanzar en un verdadero camino a la igualdad?

Sin lugar a dudas, la capacitación continua de las personas en el ámbito sindical, será la senda a transitar para derribar estos mitos y creencias absurdas, convenientes para algunos pocos.

Solo, si tenemos diversidad en la mesa de negociación, podremos lograr que se tengan en cuenta aspectos como equiparar las responsabilidades parentales y obtener real igualdad de ocupación de cargos y salarios

El desafío que debemos encarar entonces será la lucha diaria de ocupar puestos jerárquicos que permitan, salir de cargos directivos, que si bien son importantes dentro de la estructura sindical, no permiten en la práctica sentarse a discutir un Convenio Colectivo de Trabajo o condiciones laborales diferenciadas, aspectos fundamentales en la sociedad argentina, justamente en el lugar donde se toman decisiones que impactan en la vida de tod@s.

Debemos considerar que la presencia de otros géneros no puede ser suplida por sus pares masculinos.

Será materia de otra reflexión analizar el marco legal de la participación de las mujeres y otras diversidades en la mesa de negociación, pero es fundamental comprender que nos queda un largo camino por recorrer y que la Negociación Colectiva es la única herramienta capaz de trascender las diferencias.

Por ello, la propuesta es trabajar conjuntamente con el Estado Nacional, para lograr la participación, concreta, real y efectiva de todos los colectivos sociales en la mesa tripartita.

Así como también, reformular los Convenios Colectivos de Trabajo, eliminando las cláusulas transversales que ubiquen a las diversidades en desigualdad de condiciones, así como ampliar los derechos de los varones, padres, contemplar los aspectos de la vida familiar y promover la capacitación en los oficios y actividades en las que hoy no es posible posicionar por falta de preparación técnico-profesional. A mayor cantidad de mujeres y diversidades en el mundo laboral, más companeros/as que desarrollen la actividad sindical y a su vez esta premisa inversa, nos permitirá por la acción sindical , la presencia y liderazgo en los gremios, alcanzar una sociedad más justa y equitativa.

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